¿DÓNDE ESTÁN LOS TOREROS CUANDO SE LES NECESITA?


Se trata del enésimo accidente que nuestra ancestral cultura nacional: un novillo de 200 kgs se escapó de su encierro y tras darse un agobiado y confuso garbeo por un casco urbano, Marbella en este caso, acabó tiroteado por los municipales de la torrentesca ciudad. A su paso sembró, como es lógico, la sorpresa y el miedo de los desprevenidos viandantes, mientras el pobre animal, ajeno a los terrores y sentimientos festivaleros que levanta entre el respetable en proporciones desiguales, se las arreglaba para intentar salir adelante en busca de su dehesa y su manada. El problema es que, sin poder reprimir sus instintos básicos, hizo lo que su racial genética le marca: intentar embestir al personal, hiriendo a una anciana de 72 años. La cosas ha quedado en un susto, pero es una pena que para una vez que un bravo torero podía haber hecho un útil servicio a la comunidad, no hubiese ninguno por allí... ni siquiera Torrente.

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