Cada vez que hay una huelga en este país, vuelve el mismo discurso, incluso en medios "progres" contra el derecho de los trabajadores a realizarla. Casi ninguno lo dice así, excepto la San Sebatián y algún iluminado más, pero sí es unanime volcar las tintas hacia las repercusiones en los "ciudadanos" (que si no se pueden ir de vacaciones, que sino pueden ir al trabajo) en lugar de en las reivindicaciones de los trabajadores. Hay mucho espacio para los entrevistados anónimos que se quejan de las molestias que le produce la huelga, pero muy poco para que los huelgistas expliquen el porque de sus medidas. Medidas, hay que recordar, que no salen gratis, ya que no van a cobrar los días de huelga, y se exponen a represalias de la empresa, y hay que recordarlo porque la imagen que se da, es que se hace huelga para no trabajar, como si fuera un dia de fiesta, y esa imagen cala hasta el fondo en tod@s los descerebrad@s de este país, que son much@s.
Cuando se hace huelga, es porque se han roto las negociaciones y la única medida de fuerza pacífica que le queda al trabajador es ésta, parece claro que much@s estarían más a gusto en un modelo de negociación más "libre" en el que cada trabajador negociará "libremente" y delante de unas cañas las condiones del contrato con su empresario, y en el que el trabajador no tuviera derecho a huelga y acatará sin más lo que se le dice, además así seguro que el país sería aún más atractivo para los "mercados".
Recogo aquí la recomendación bibliográfica que nos hace de vez en cuando el compañero Rafa: “El pensamiento secuestrado”, de Susan George, en el cual se demuestra como el descerebramiento colectivo puede lograrse, si se tiene medios de desinformación, es decir dinero y poder. Creo que sin esta idea no se entiende como un currante se encoleriza porque le quitan su "derecho inalienable" de ir en metro al trabajo" unos privilegiados conductores de metro que no sé ni porque protestan, ni me importa. Ya sé que lo de la conciencia de clase el del siglo XIX, pero hay otras ideas que se repiten continuamente en la actualidad, como solidaridad, cooperación..., que brillan por su ausencia, y cuando están presentes son tergiversadas.
En lo que sí puedo estar de acuerdo es en la crítica a los sindicatos mayoritarios, que al gobierno socialista del Estado Español le hace una huelga ligth de funcionarios y por obligación, y al gobierno pepero de Madrid le montan una huelga sin servicios mínimos.
En fin, que mucho animo a los del METRO, que independientemente de como acabe estoy de porque lo han hecho, si por convicción o manipulados por los sindicatos, han demostrado valor, y han servido de ejemplo a sus conciudadanos de como se hace una huelga.
Intentemos, al menos, no ponérselo fácil a los dueños de todo.
