Se veía venir de lejos. Los apetitos políticos de Pizarro quedaron muy claros durante su comportamiento en el entremés que nos brindaron las energéticas, PSOE y PP hace un tiempo, en la era estatutiana, decantándose claramente de un lado, el lado más simpático a su ideología. Todo es muy natural y no debe extrañarnos: si hay un espacio político para este aragonés con ambiciones y cierto aire megalómano y españolísimo (invocaciones a la Constitución a cualquier hora, etc, etc.), este espacio es el PP.
El partido de cazafortunas como Agag, de los pelotazos de los Aguirre en Guadalajara, del "dirigismo" del voto levantino a costa de castillos de fórmula 1 en el aire o los pufos terramíticos de Zaplana. Para las bases del PP, Pizarro es un hombre ejemplar. Están encantados de que un empresario multimillonario como él entre en la política; "así no meterá la mano" decían en la COPE hoy... ¡No te jode, como que ya la sacado llena!
Lo único chocante de todo esto es ver a Acebes con lastimoso tono de plañidera, dando ruedas de prensa con una conciencia social digna de los teólogos de la Liberación y del sindicalismo clandestino, hablando de los problemas de los españoles para llegar a fin de mes.
Para solucionar estos problemas nos traen a un ejemplar capitalista que ha pasado por los dos grandes estratos del capitalismo hispano con permiso del ladrillo: el financiero y el energético.
Precisamente el dinero de esos españolitos que no llegan a fin de mes, se lo embolsan directamente de las nóminas principalmente esos sectores. Unos, con las hipotecas y trampas varias que nos propone el modelo de consumo actual. Recordemos que este sector tiene unos beneficios anuales en torno a un 17% a costa del endeudamiento ajeno. Y los otros con las subidas del coste de todo: el precio del crudo y la creciente demanda energética de países como China, han encarecido la producción alimentaria y el transporte globales, lo que está derivando en un encarecimiento notable de la bolsa de la compra, el transporte y la factura energética de los ciudadanos. Esto es lo que nos han traído las "liberalizaciones" del catecismo neoliberal. La del mercado energético español por una parte y, a otra escala, la global, la otra otra gran "liberalización", la del petróleo irakí, hoy en manos de los halcones republicanos de Washington.
Aquí sube todo menos los salarios, y quien se ha beneficiado de todo esto ha sido, es y será, todo lo que representa Pizarro. Esto convierte al aragonés en un modelo a seguir para el nacional-liberalismo hispano, un malabarista del enriquecimiento a costa de las nóminas y trampas ajenas: la creatividad del empresariado hispano en toda su expresión. Y además con una veta anticatalana fuera de dudas que atraerá votos. ¿Se puede pedir más? SÍ: saber qué se lleva Pizarro de todo esto. Lo iremos viendo con el tiempo. Será un placer ver el somardeo típico aragonés en la política estatal. Pero ojo, me da que Pizarro es una persona que va por libre, que en el fondo no se casa con nadie, tan sólo con el dinero, así que el PP puede tener un talón de Aquiles que el día menos pensado les deja plantados.
Lo que ocurre con este hombre es que reproduce un modelo muy visto ya en la política anteriormente: el modelo Cheney-Halliburton, lo público y lo privado mezclándose sin rubor. Un modelo que está contribuyendo como pocos a la recesión de los USA y que está lastrando a todo el mundo libre con él. Para temblar.
Creo que el nombramiento de Pizarro, unido a lo de Gallardon son una buena noticia para todos aquellos que quieran que gane las elecciones el PSOE. El PP ha perdido las escasas oportunidades que tenía de llegar al gobierno en marzo al perder a Gallardon (que les podía dar bastantes votos) y llevar como estrella a Pizarro, que no sé si quitará, pero no creo que dé muchos (más o menos como si hubieran llevado a Cuevas, por ejemplo). Un paso más a la derecha del PP, un paso seguramente coherente con sus principios y valores, pero electoralmente creo que nefasto
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