LÁGRIMAS

Hillary abrió la veda. Sólo ella sabe qué le produjeron las lágrimas más rentables de su vida política, pero el caso es que dieron la vuelta al mundo y un vuelco en sus primarias. Hoy le toca a G.W. Bush, que regala al mundo una lacrimógena visita al horror del Holocausto judío, en Jerusalem. Qué pena que con la de causas por las que derramar lágrimas hoy, ayer y mañana, este personaje opte por llorar lo que ya ha llorado con suficiencia la humanidad desde hace décadas. ¡¡Pero queda tan cristiano!!Los que ya han perdido la capacidad de llorar son los niños palestinos y ese camino llevan los niños irakíes. También ha llorado Juan Carlos I El Mal Educado, buen padre y mal marido al parecer, en su 70 cumpleaños, ante las palabras de su príncipe y en presencia de 450 estómagos agradecidos. Y nuestra prensa boba reseña ese gesto de humanidad. ¡Qué bonito todo!

El mundo se conmueve y hace noticia con las lágrimas de las dinastías dirigentes del imperio y de los dirigentes de países vasallos. La lágrima caucasiana cotiza al alza en estos tiempos asquerosos de hipocresía global, mientras ignoramos las amargas lágrimas de millones de personas que mueren en el anonimato de un mar frío o unas cálidas arenas buscando una vida mejor o un plato de miseria, al otro lado de nuestras fronteras de riqueza de un mundo libre y lacrimógeno incapaz de conmoverse ante los desastres humanos que por acción u omisión provocan sus apetitos.

Un día, las lágrimas insumisas de esa otra humanidad sufriente llegarán a nuestras puertas, y todos lloraremos. Algunos porque lo perderán todo, y otros porque estaremos emocionados alumbrando nuevos tiempos