Ante la desvergonzada actitud de los medios de comunicación españoles, seguimos ofreciendo un acercamiento alternativo a la realidad venezolana. A diferencia de los losantos, prats, francinos, niergas o vidales, las informaciones que ofrecemos otras gentes no obedecen a los apetitos e intereses de anunciantes ni de obscenos intereses económicos en América Latina. Mientras los media españoles dan hoy mismo portavocía a un más que sospechoso jefe de estado vinculado al fascismo paramilitar colombiano, Uribe, nosotros optamos por ofrecer los contenidos de las reformas "cubanizantes" que votarán los venezolanos el domingo próximo. Esta campaña es un canto a la intoxicación mediática y un insulto a la inteligencia. Decia Goebbles que repetir una mentira mil veces la convertía en verdad. Eso era antes. Ahora la información fluye en todos los sentidos y por cada mil embustes sacaremos mil y una verdades. Y el que quiera seguir alimentando sus neuronas con embustes toscos y baratos, está en su soberano derecho de vivir la vida que elija, y hasta de jugárselo todo al negro en el Monegro´s Crystal Palace. En eso consiste la libertad.
Uribe, el sospechoso de mafioso paramilitar que goza de credibilidad infinita y que acaba de abortar un posible entendimiento con las FARC por el hecho de que es Chávez el que estaba logrando los avances, ha acusado a Chávez de tener un proyecto expansionista y de incendiar Latinoamérica.
Lo que parece ignorar Uribe es que lo único que se había expandido hasta ahora por allí había sido la miseria, bajo la batuta de peleles y criminales dirigidos desde fuera, donde descansan los millones de los sucesivos saqueos, y donde acaban refugiados los evasores de capital y acusados de terrorismo o corrupción. Muchos Uribes, cuya boca halitosa apesta al mismo azufre que olfateaba y denunciaba Chávez en aquella memorable sesión en la ONU. Porque el Diablo tiene un ejército sin el que no sería nada. Ese es el azufre que provoca los incendios, no las constituciones que dotan de derechos humanos. Lo que ignora Uribe es que es la miseria de masas provocada por quienes gobernaron hasta hoy mismo el mejor combustible para que el ideario bolivariano prenda América por los cuatro costados. Y después de leer el artículo de más abajo de alguien que no es, ni mucho menos, un peligroso bolchevique, seguro que comprenderemos mejor que millones de latinoamericanos desearán que ójala arda por largos años. Reproducimos:
"La democracia goza de buena salud en Venezuela"
Mark Weisbrot
Mark Weisbrot
Mark Weisbrot es co-director del prestigioso Centro de Investigación Económica y de Políticas, en Washington, D.C., en cuyo Consejo Asesor figuran destacados economistas, como el Premio Nóbel Jospeh Stiglitz.
Sin Permiso
El próximo 2 de diciembre los venezolanos emitirán sufragio sobre un conjunto de enmiendas a su constitución. En términos generales, las propuestas han sido presentadas por los medios de comunicación como un nuevo paso en el camino hacia la dictadura.Es ello así porque los grandes medios de comunicación suelen prescindir de cualquier idea de equilibrio y objetividad cuando informan sobre Venezuela. Curiosamente, eso vale a menudo también para los periódicos de centroizquierda no significados por su servil seguidismo de la administración Bush a la hora de informar sobre otros Estados petroleros, cuyo régimen político se pretende alterar, como Irán, o cuya alteración está ya en curso, como Irak.El mayor escándalo parece esta vez provocado por la enmienda que aboliría las limitaciones ahora existentes al número de mandatos presidenciales.Tal vez sea porque yo soy de Chicago y desde que nací hasta que me licencié en la Universidad no conocí sino a un alcalde, pero soy incapaz de ver eso como un signo de dictadura. Por no hablar de que si Hilary Clinton resulta elegida el próximo año, habremos tenido Bushes y Clintons en la jefatura del estado durante 24 años consecutivos, que tal vez se prolonguen hasta los 28.El presidente brasileño Lula defendió la semana pasada a Venezuela, preguntando “por qué no se queja la gente de que Margaret Thatcher estuviera tanto tiempo en el poder”. Y añadió: “Se puede inventar lo que se quiera para criticar a Chávez, pero no por falta de democracia”. Lula ha defendido repetidamente el carácter democrático del gobierno venezolano, pero sus declaraciones jamás han sido recogidas por los medios de comunicación de habla inglesa.A Chávez se le critica también por proponer librarse de la independencia del Banco Central, blindada por la Constitución de 1999. Se presenta eso como otra muestra de su “aferrarse al poder”. Sin embargo, hay razones económicas muy válidas para esa enmienda.Los Bancos Centrales que no son responsables ante sus gobiernos electos no son en modo alguno “independientes”, sino que tienden a representar los intereses del sector financiero. A la hora de dirimir entre empleo y crecimiento, de un lado, e inflación, de otro, el sector financiero siempre optará por una inflación más baja, aun si eso significa estancamiento y desempleo.La creciente independencia de los Bancos Centrales, y la manifiestamente estricta política monetaria resultante, es muy probablemente una de las razones capitales del fracaso del crecimiento económico a largo plazo que ha experimentado la América latina en el último cuarto de siglo, un fracaso sin precedentes históricos.También hay una enmienda, conforme a la cual se proporcionarían pensiones de Seguridad Social a los trabajadores del sector informal, lo que constituiría una importante medida antipobreza, dado que ese sector abarca a cerca del 41% de la fuerza de trabajo.Otra enmienda reduciría la semana laboral a 36 horas. De eso informan los medios como una jornada laboral de 6 horas, pero más razonable sería interpretarla en el sentido de jornadas laborales de 8 horas, más una jornada laboral de 4 horas los viernes.También hay enmiendas que eliminarían la discriminación fundada en la orientación sexual o en la salud física; que procurarían la paridad de género en los partidos políticos; que garantizarían la educación universitaria pública; que harían más difícil que los propietarios de casas perdieran sus hogares por una bancarrota. No se ve por qué tendrían que ser ésas medidas punitivas o represivas.Otra enmienda aboliría las medidas introducidas en la Constitución de 1999 para proteger la propiedad intelectual. Es no significaría abolir las patentes o copyrights, pero permitiría una mayor flexibilidad en la acción del gobierno, a al hora de corregir las enormes ineficiencias económicas causadas por la existencia de monopolios privados protegidos por los Estados, por ejemplo, en el ámbito de los fármacos patentados. Es difícil argüir contra eso esgrimiendo razones económicas. Hay otras enmiendas más discutibles, el grueso de las cuales no fue sugerido por Chávez, sino introducidas por la Asamblea Nacional (Chávez no puede vetar las enmiendas agregadas por la Asamblea Nacional; esas enmiendas han de ser sometidas al sufragio de los votantes).Por ejemplo, una enmienda permitiría al gobierno suspender el “derecho a la información” (pero no el debido proceso, como informan los medios de comunicación internacionales) durante una situación de emergencia nacional. Otra permitiría al Presidente y a la Asamblea Nacional crear provincias y distritos nuevos.Algunas de esas medidas han despertado oposición incluso entre los partidarios de Chávez. Si se aprueban, será verosímilmente porque la mayoría de los electores confía en que Chávez y el gobierno no abusarán de sus poderes.Y no deja de tener su base esa confianza: a comienzos del presente año, la Asamblea Nacional concedió por 18 meses a Chávez poder para pasar determinada legislación por vía de decreto ejecutivo. Tertulianos y columnistas pusieron el grito en el cielo contra el “gobierno a golpe de decreto” de Chávez; pero lo cierto es que ese poder apenas se ha usado, salvo en el caso de las negociaciones con empresas transnacionales extranjeras.En cualquier caso, los votantes decidirán, y lo harán en un contexto de una oposición mediática harto más robusta que la existente en EEUU y en abierta campaña proselitista contra el gobierno. Los venezolanos, a diferencia de los norteamericanos (o aun de los británicos) en estos últimos años, no han visto menguadas sus libertades civiles, y el ciudadano de a pie sigue teniendo más peso ante su gobierno y participando más de su riqueza petrolífera que nunca antes en la historia de Venezuela. Es dudoso que el referéndum vaya a invertir el sentido de esos cambios, sea cual fuere el resultado.
Sin Permiso
El próximo 2 de diciembre los venezolanos emitirán sufragio sobre un conjunto de enmiendas a su constitución. En términos generales, las propuestas han sido presentadas por los medios de comunicación como un nuevo paso en el camino hacia la dictadura.Es ello así porque los grandes medios de comunicación suelen prescindir de cualquier idea de equilibrio y objetividad cuando informan sobre Venezuela. Curiosamente, eso vale a menudo también para los periódicos de centroizquierda no significados por su servil seguidismo de la administración Bush a la hora de informar sobre otros Estados petroleros, cuyo régimen político se pretende alterar, como Irán, o cuya alteración está ya en curso, como Irak.El mayor escándalo parece esta vez provocado por la enmienda que aboliría las limitaciones ahora existentes al número de mandatos presidenciales.Tal vez sea porque yo soy de Chicago y desde que nací hasta que me licencié en la Universidad no conocí sino a un alcalde, pero soy incapaz de ver eso como un signo de dictadura. Por no hablar de que si Hilary Clinton resulta elegida el próximo año, habremos tenido Bushes y Clintons en la jefatura del estado durante 24 años consecutivos, que tal vez se prolonguen hasta los 28.El presidente brasileño Lula defendió la semana pasada a Venezuela, preguntando “por qué no se queja la gente de que Margaret Thatcher estuviera tanto tiempo en el poder”. Y añadió: “Se puede inventar lo que se quiera para criticar a Chávez, pero no por falta de democracia”. Lula ha defendido repetidamente el carácter democrático del gobierno venezolano, pero sus declaraciones jamás han sido recogidas por los medios de comunicación de habla inglesa.A Chávez se le critica también por proponer librarse de la independencia del Banco Central, blindada por la Constitución de 1999. Se presenta eso como otra muestra de su “aferrarse al poder”. Sin embargo, hay razones económicas muy válidas para esa enmienda.Los Bancos Centrales que no son responsables ante sus gobiernos electos no son en modo alguno “independientes”, sino que tienden a representar los intereses del sector financiero. A la hora de dirimir entre empleo y crecimiento, de un lado, e inflación, de otro, el sector financiero siempre optará por una inflación más baja, aun si eso significa estancamiento y desempleo.La creciente independencia de los Bancos Centrales, y la manifiestamente estricta política monetaria resultante, es muy probablemente una de las razones capitales del fracaso del crecimiento económico a largo plazo que ha experimentado la América latina en el último cuarto de siglo, un fracaso sin precedentes históricos.También hay una enmienda, conforme a la cual se proporcionarían pensiones de Seguridad Social a los trabajadores del sector informal, lo que constituiría una importante medida antipobreza, dado que ese sector abarca a cerca del 41% de la fuerza de trabajo.Otra enmienda reduciría la semana laboral a 36 horas. De eso informan los medios como una jornada laboral de 6 horas, pero más razonable sería interpretarla en el sentido de jornadas laborales de 8 horas, más una jornada laboral de 4 horas los viernes.También hay enmiendas que eliminarían la discriminación fundada en la orientación sexual o en la salud física; que procurarían la paridad de género en los partidos políticos; que garantizarían la educación universitaria pública; que harían más difícil que los propietarios de casas perdieran sus hogares por una bancarrota. No se ve por qué tendrían que ser ésas medidas punitivas o represivas.Otra enmienda aboliría las medidas introducidas en la Constitución de 1999 para proteger la propiedad intelectual. Es no significaría abolir las patentes o copyrights, pero permitiría una mayor flexibilidad en la acción del gobierno, a al hora de corregir las enormes ineficiencias económicas causadas por la existencia de monopolios privados protegidos por los Estados, por ejemplo, en el ámbito de los fármacos patentados. Es difícil argüir contra eso esgrimiendo razones económicas. Hay otras enmiendas más discutibles, el grueso de las cuales no fue sugerido por Chávez, sino introducidas por la Asamblea Nacional (Chávez no puede vetar las enmiendas agregadas por la Asamblea Nacional; esas enmiendas han de ser sometidas al sufragio de los votantes).Por ejemplo, una enmienda permitiría al gobierno suspender el “derecho a la información” (pero no el debido proceso, como informan los medios de comunicación internacionales) durante una situación de emergencia nacional. Otra permitiría al Presidente y a la Asamblea Nacional crear provincias y distritos nuevos.Algunas de esas medidas han despertado oposición incluso entre los partidarios de Chávez. Si se aprueban, será verosímilmente porque la mayoría de los electores confía en que Chávez y el gobierno no abusarán de sus poderes.Y no deja de tener su base esa confianza: a comienzos del presente año, la Asamblea Nacional concedió por 18 meses a Chávez poder para pasar determinada legislación por vía de decreto ejecutivo. Tertulianos y columnistas pusieron el grito en el cielo contra el “gobierno a golpe de decreto” de Chávez; pero lo cierto es que ese poder apenas se ha usado, salvo en el caso de las negociaciones con empresas transnacionales extranjeras.En cualquier caso, los votantes decidirán, y lo harán en un contexto de una oposición mediática harto más robusta que la existente en EEUU y en abierta campaña proselitista contra el gobierno. Los venezolanos, a diferencia de los norteamericanos (o aun de los británicos) en estos últimos años, no han visto menguadas sus libertades civiles, y el ciudadano de a pie sigue teniendo más peso ante su gobierno y participando más de su riqueza petrolífera que nunca antes en la historia de Venezuela. Es dudoso que el referéndum vaya a invertir el sentido de esos cambios, sea cual fuere el resultado.
Mark Weisbrot es co-director del prestigioso Centro de Investigación Económica y de Políticas, en Washington, D.C., en cuyo Consejo Asesor figuran destacados economistas, como el Premio Nóbel Jospeh Stiglitz.
AHORA QUE HA GANADO EL NO, ¿QUÉ DIRÁN DE ESTE DICTADOR, QUE ACEPTA RESULTADOS CONTRARIOS? REFTIFICARAN?, NO CREO
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