La España vencedora interiorizó ese anticomunismo con mucho gusto y sin esfuerzo, y la otra media España lo hizo de otra manera, menos fanática pero igual de inducida desde el poder y de modo poco reflexivo.
Debido a los prejuicios fomentados por la cultura anticomunista de derecha e izquierda, nadie sabe hoy lo que es el eurocomunismo, por ejemplo.Y eso llega hasta hoy mismo. Cientos de miles de españoles ni se plantean el voto a IU sin ser especialmente de derecha, porque establecen nexos directos entre IU y el socialismo real, con cartillas de racionamiento, pobreza, dictadura. Ni se plantean estudiar qué hay detrás de ese cliché, de ese tópico. No hay asomo de dictadura del proletariado y otros dogmas periclitados en el proyecto socialdemócrata avanzado de IU, pero eso no importa. Hablas con la gente y piensan que si eres de IU eres una especie de comunista estalinista y defensor de ese pasado atroz. Y ese anticomunismo visceral anida también en la izquierda a la izquierda de IU o el PCE, quizá como un daño colateral justificado por algunas cosas ocurridas en el complejo contexto de 1936-39 en el que las interpretaciones maniqueas siguen siendo moneda corriente. Ni unos ni otros eran angelitos traicionados por los demás. Ese anticomunismo se cultiva con el mismo vigor que hace 30 años desde la práctica totalidad de los medios de comunicación de este país. La orgía bipartidista de este año, lo ha sido más por la existencia de nuevos medios que se han dedicado a ese cultivo, pero siempre ha sido igual de intenso. Los media hispanos han estado siempre en la misma sintonía temerosa que inspiró la ley D'Hont, en esa línea discursiva que explota el anticomunismo irracional implantado por el franquismo, que a su vez bebía de fuentes que manaban su odio al comunista desde el mismo nacimiento de esta ideología, a caballo entre los soglos XIX y XX.
Cuando más serias eran las posibilidades de IU, con Julio Anguita, hubo una campaña de desprestigio tal, que éste líder era tachado de loco iluminado desde los medios, y ese mensaje atroz e irreal, era repetido sin cesar por millones de ciudadanos votantes de izquierda. Aún colea. Hoy no hace falta con Llamazares: no dispone de 3 millones de votos. Pero vemos con qué gusto le cuelgan el mismo sambenito a cualquiera que canta con notas más altas el discurso y acción política de izquierda, como le ocurre a Chávez en el plano internacional.
Tal y como escribía Taibo en Rebelión acerca de esta cuestión, una verdad de Perogrullo por cierto, el principal problema de IU es que no recibe votos. El segundo mal, ya lo hemos anotado, tiene apellido: D'Hont. E IU ya está en ello, treinta años después se plantea denunciar el sistema electoral por anticonstitucional. Es de justicia reformar una ley electoral tan antidemocrática. Pero IU seguirá teniendo el otro gran problema, que es la escasez de votos. Ahí no valen denuncias, sino que hay que analizar seriamente por qué millones de españoles de izquierda no ven más allá del PSOE a la hora de votar izquierda, por bienintencionados e izquierdistas que sean o crean sinceramente ser. En parte son víctimas de la desquiciante bipolaridad expandida desde los medios, y en parte son también conciencias rehenes de ese anticomunismo eterno. No evalúan seriamente dar un alternativa de gobierno más allá del PSOE.
Esa es la cuestión, y lo que decimos desde aquí, es que en el seno de la cultura política española, a derecha e izquierda, anida un anticomunismo atávico, telúrico, cuyas consecuencias paga IU cada cuatro años. IU debe aprender a conectar con ese voto potencial de izquierda transformadora que a día de hoy ni se plantea el voto a IU, y crearlo de la nada también, llegando a la gente cuya conciencia aún no ha sido atacada por el prejuicio anticomunista. Necesita reinventarse, sacudirse ese pesado lastre de prejuicios hacia IU, formación política tan digna, sino más, que el PSOE desaparecido durante el éxodo franquista y resucitado en la Transición. Una formación, IU, compuesta por decenas de miles de militantes y simpatizantes que lo dieron todo por derrotar el franquismo y forjar la democracia que hoy disfrutamos, luchando bajo la bandera roja con la hoz y el martillo. No en vano IU es heredera directa de "El Partido", en los tiempos en los que en el congreso de Suresnes el PSOE gozaba de 7000 afiliados. Ese pasado es irrenunciable, pocas siglas pueden estar tan orgullosas de la lucha política de sus antecesores, con sus graves errores, ya reconocidos (Anguita entonó ya el mea culpa en su día por los errores de 1936-39).
La cuestión es cómo derrotar ese anticomunismo hispano tan irracional como lleno de vitalidad, hoy en 2008.
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Es cierto que mucha gente ni se plantea el voto a IU porque le parece que volverá la guerra civil, las cartillas de racionamoento y todas esas tonterias. Creo que el Partido Comunista sigue sonando muy duro, como algo de otro tiempo, cuando es un partido socialdemocrata. Francamente creo que en España la mayoría de la gente no vive mal, se conforma con muy poco, y no quieren asumir el riesgo que supone votar a un partido que aunque no sea revolucionario, si que tiene en su programa cambiar bastantes cosas, cosas que seguramente el capital internacional lucharía porque no se modificasen.
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