Artículo remitido por Rubén RM acerca del problema del Cáucaso:
¿Quién ha mordido el anzuelo en Osetia del Sur?
“La cosa más importante que hemos obtenido de todo
lo sucedido es que nuestra posición se ha visto fortalecida.
Hasta ahora, los extranjeros nos habian dicho:
-negociar vosotros mismos (sobre el conflicto territorial),
nosotros no tenemos para vosotros.
Ahora este es un problema de todo el mundo.”
Mijail Saajashvili, Tbilisi, 25 de agosto de 2008.
La noche del ocho de agosto el ejército georgiano penetraba en el territorio de Osetia del Sur en lo que era un intento unilateral de ocupación militar. La reacción rusa no se hizo esperar, y un día después Rusia controlaba ya la capital suroseta, Tsjinvali. Mientras, la Unión Europea y Estados Unidos -el principal aliado de Georgia y su presidente, Mijail Saajashvili- únicamente alcanzaban a realizar llamamientos a la calma.
Los hechos nos dicen que fue Georgia quien forzó esta nueva situación de crisis invadiendo por la fuerza Osetia del Sur, en una reacción posible, pero dificil de justificar, ante tela de araña que Rusia habia tejido. Según esta hipótesis, Rusia alineando su estrategia con Abjasia y Osetia del Sur, habría dejado Georgia dos alternativas: una, asistir impasible a una cadena de hechos consumados por la que finalmente se produjera el reconocimiento de ambos territorios por Rusia si las gestiones diplomáticas de Georgia no daban con la internacionalización del conflicto; y otra segunda, una vez fracasado el intento de internacionalización del conflicto por la via diplomatica, tomar el camino de la intervención militar, y cruzar los dedos por alcanzar dicha internacionalización del conflicto. Hoy, a veintisiete de agosto, lo que empezó siendo una disputa entre Georgia y Osetia del Sur, se ha convertido ya, desde la invasión de Rusia a Georgia, en un conflicto entre ambos Estados. Más aún, el conflicto ha pasado a implicar a un mayor número de actores internacionales como Estados Unidos, la OTAN, la Unión Europea así como a países del resto del mundo que, poco a poco, van mostrando su apoyo a las diferentes partes del conflicto, traspasando así el problema sus fronteras originales.
Solo semanas después de la invasión rusa a Georgia, se puede concluir que, mientras Saajashvili ha conseguido acelerar el desbloqueo del statu quo mantenido desde 1994, lejos de avanzar hacia su objetivo, el presidente georgiano ha perdido la posibilidad de recuperar los territorios que prometió devolver a la autoridad del Estado georgiano durante la Revolución Rosa en noviembre de 2003. Por su parte, Rusia, reverdeciendo su tradicional rol como potencia dominante en el Cáucaso, ha tomado el control sobre las provincias secesionistas de Georgia, viéndose aumentada su capacidad de decisión sobre el futuro de éstas, como el reconocimiento de la independencia de ambos territorios muestra. En cuanto a Abjasia y Osetia del Sur, ven sus aspiraciones independentistas más cerca de ser cumplidas, pero su población y su territorio, sobre todo en Osetia del Sur, ha quedado arruinadas.
En cualquier caso, los hechos y la mayoría de los medios hablan de una guerra entre Georgia y Rusia por el control de una provincia como Osetia del Sur, de unos 3900 km2 –algo menos de la mitad de la superficie de Kosovo- pero las consecuencias nos describen otro panorama más amplio y complejo. Son muchas las preguntas que han quedado sin repuesta: ¿Por qué se ha desbloqueado el conflicto en Osetia del Sur y en Abjasia? ¿Qué esperaba conseguir Georgia mediante su intento de ocupación militar de Osetia? ¿Qué consecuencias ha previsto Rusia de su ocupación del territorio osetio y georgiano? ¿Por qué Estados Unidos ha mantenido una posición tan timorata en defensa de su mayor aliado en el Cáucaso?
Kosovo y el desbloqueo de la situación en Abjasia y Osetia del Sur
El proceso de desintegración de la Unión Soviética, tuvo como consecuencia para esta región una guerra civil que causó miles de muertos y cientos de miles de desplazados georgianos residentes en Abjasia y Osetia del Sur que se vieron obligados a refugiarse en otras partes del interior del país. La guerra civil terminó con los acuerdos de paz en 1994 que no consiguieron resolver el problema territorial y fronterizo congelando el conflicto hasta la actualidad. Tras el reconocimiento internacional de la declaración unilateral de independencia de Kosovo, los gobiernos de los territorios secesionistas de Abjasia y Osetia del Sur aceleraron las gestiones para desbloquear su situación de dependencia de Georgia recurriendo al derecho internacional. Desde el primer instante, contaron con el apoyo de la Federación Rusa, y eso provocó una rápida reacción de Georgia.
La primera medida de los territorios secesionistas fue abrir una ronda de consultas al más alto nivel internacional (UE, Consejo de Europa, OSCE, ONU, Federación Rusa), solicitando su reconocimiento como Estados independientes –a pesar de que a juzgar por las manifestaciones de sus gobernantes, Osetia del Sur se orienta en un medio o largo plazo hacia su integración en la Federación Rusa. Mientras los países de la Unión Europea y EEUU se esforzaban por enfatizar la excepcionalidad de la independencia de Kosovo, Rusia afirmaba que ésta sentaba un precedente a la hora de resolver las enquistadas situaciones del Cáucaso. El propio Serguei Lavrov, Ministro de Exteriores de la Federación Rusa, reconocía el mismo dieciocho de febrero que “la declaración de soberanía de Kosovo y su reconocimiento indudablemente [sería] tenido en cuenta en las relaciones con Abjasia y Osetia del Sur”.
Si bien el precedente kosovar planteaba amenazas y oportunidades para los intereses de Rusia en el Cáucaso, lo cierto es que, neutralizada la resistencia chechena desde hace varios años, Rusia estaba en condiciones de aplicar el precedente kosovar en Georgia únicamente en beneficio propio. Sus acciones concretas aclararon el fondo de sus intenciones: inmediatamente levantó las sanciones económicas, comerciales y financieras impuestas a Abjasia en 1996 por la CEI; aumentó el ritmo de distribución de pasaportes rusos entre los habitantes de Osetia del Sur y Abjasia iniciada por Putin; y comenzó a tomar por válidos diversos actos emitidos por estos territorios como el certificado de registro de entidades jurídicas. Paralelamente, en febrero la Duma Estatal -Cámara Baja del Parlamento Ruso- propuso formalmente al Presidente y al gobierno considerar el reconocimiento de Abjasia y Osetia del Sur, y el 24 de agosto lo mismo hizo el Senado.
Georgia, alertada por la viabilidad de que Rusia habilitara un contexto favorable a Abjasia y Osetia del Sur para sumar a su independencia de facto del Estado georgiano, una independencia de iure a través de una cadena de hechos consumados, decidió, por un lado, conducir gestiones diplomáticas dirigidas a internacionalizar el conflicto, y por otro lado, aumentar su presencia militar en la frontera con los territorios secesionistas, llegando a tomar incluso buena parte del sureste abjaso. En abril la tensión militar era patente. Las acusaciones entre Georgia y Rusia por el aumento y movimiento de tropas en ambas provincias se elevaron hasta el derribo de los aviones no tripulados georgianos en territorio abjaso. En dicho contexto, la reunión de la OTAN en Bucarest en abril de 2008, escenificaba un aspecto observado en esta última semana: la OTAN negaba a Georgia su implicación militar en defensa de los intereses territoriales de ésta, si bien formalmente apoyaba sus esfuerzos por salvaguardar su integridad territorial frente a Rusia. En Bucarest no se especificó por qué se aplazaban los ingresos de Georgia y Ucrania, pero ningún observador avezado olvidaba que un inicio de las hostilidades en el Cáucaso, como el finalmente producido, implicaba automáticamente una respuesta conjunta de la organización frente a Rusia en su propia frontera. Lo entendiera o no Georgia y su Presidente, Mijail Saajashvili, Bucarest fue un aviso para navegantes.
A finales de mayo, con las posiciones de campaña nuevamente en calma tensa y los fracasos de la diplomacia georgiana en la internacionalización del conflicto y en su tentativa de integración en la OTAN, el horizonte más probable sugería una fase indeterminada de tensión entre Georgia y la Federación Rusa en la que, Georgia, a largo plazo, sin otro apoyo internacional que el verbal, difícilmente podría impedir el inicio de la cadena de hechos consumados mencionada que diera con la independencia de ambos territorios.
No tenemos que olvidar por último, que en 2008 han coincidido procesos electorales del más alto rango en tres de las partes implicadas en el conflicto: Rusia, Georgia y Estados Unidos. En el caso de Rusia y de Georgia, no parecen haber cambiado demasiado las cosas, tanto en uno como en otro país siguen gobernando el mismo dirigente o el mismo partido manteniendo la misma línea que el presidente anterior. En el caso de EEUU, las elecciones están demasiado cerca como mover mal alguna ficha en el escenario caucásico.
El estallido del conflicto armado. La internacionalización del conflicto
¿Cómo se ha pasado entonces de una situación de tensión contenida al enfrentamiento bélico en las últimas semanas? Los hechos nos dicen que fue Georgia quien unilateralmente modificó la situación introduciendo sus tropas en Osetia del Sur con la esperanza, es de suponer, de forzar una solución multilateral al problema de las provincias secesionistas. Fueran mayores o no las provocaciones osetias que las georgianas, Rusia -dejando al margen aquí la desproporción o correspondencia con el derecho internacional de su ocupación armada- ha hecho lo que había anunciado hacer en caso de agresión a la población surosetia: intervenir militarmente.
La intervención le permitió a Rusia no sólo tomar el timón de las negociaciones sobre el futuro de los territorios secesionistas, sino también conducir a un estado crítico al vecino rebelde del Cáucaso Sur. La táctica de penetración del ejército ruso en territorio georgiano ha dividido completamente el país y ha dejado aislada una buena parte de su territorio, la occidental. Gori es la principal ciudad del centro de Georgia, además, tiene la sobrevenida cualidad de ser el centro de comunicación del este y el oeste del país. Tan sólo existen en Georgia dos alternativas para cruzar de un extremo al otro. Una, la más rápida, pasa por atravesar Gori, la otra implica viajar por el sur del país, donde la calidad de las comunicaciones hace desaconsejable un uso ordinario. Cerca de Gori se encuentra además una de las guarniciones más modernas del ejército georgiano. Así, atacar Gori, no es un acto simbólico sino estratégico para dividir militarmente el país. Al oeste de Gori se encuentra Kutaísi, la segunda ciudad más importante en población de Georgia, y es allí donde se almacena una de las divisiones acorazadas del exiguo ejército georgiano. El tiempo habitual en coche entre Kutaísi y Tbilisi era de cuatro horas, aunque la distancia entre una ciudad y otra no es superior a los doscientos cincuenta kilómetros. La autopista que las une estaba en construcción y precisamente hace pocos meses se estaba construyendo el bypass de Gori, por lo que, por el momento había que cruzar Gori por el interior para llegar de una ciudad a otra.
Las tropas rusas han ido retirándose progresivamente del territorio georgiano a lo largo de los últimos días, aunque no han vuelto a las posiciones originales, tal y como estipulaba el acuerdo Medvedev-Sarkozy. El acuerdo estipulaba: la renuncia al uso de la fuerza; el cese definitivo de todas las acciones militares; el libre acceso a la ayuda humanitaria; y el regreso de las Fuerzas Armadas de Georgia a su lugar de emplazamiento habitual. Además, las tropas rusas deberían ser retiradas a la línea que existía antes del estallido del conflicto, aunque podrían tomar medidas de seguridad adicionales hasta la creación de los correspondientes mecanismos internacionales. Hasta la fecha éste es el único marco que regula la situación entre Georgia y Rusia, mientras el acuerdo en el seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas permanece inalcanzable. Escudados los rusos en el mantenimiento de la paz, no han desocupado todavía el puerto de Poti, en el noroeste del país y con el fin de llevar ayuda humanitaria a Georgia, el destructor estadounidense McFaul ha atracado en el puerto de Batumi, a menos de 80 km del puerto ocupado por los rusos. Además, la OTAN mantiene esperando en el mar Negro a la fragata polaca General Kazimierz Pulaski, la fragata alemana Lubeck, la española Almirante Juan de Borbón y el guardacostas estadounidense Dallas, en una supuesta visita ordinaria a los puertos de Rumanía y Bulgaria.
¿Quién ha mordido el anzuelo? El conflicto en el juego internacional
El clima se ha tensado hasta un puntos insospechables. Aunque la tensión entre Rusia y Georgia había crecido en los últimos meses, nada hacía presagiar la situación actual. Observando lo ocurrido desde la teoría de juegos, podríamos decir que Saajashvili lanzó un órdago con la esperanza de internacionalizar el conflicto, implicar a sus teóricos aliados, la OTAN, y provocar así dudas en el lado ruso sobre su intervención en territorio suroseta. No obstante, también podríamos decir que Georgia habría picado el anzuelo ruso al verse visto forzada a invadir Osetia del Sur a pesar de la previsibilidad de la respuesta rusa y que Rusia habría cerrando de manera exitosa una tela de araña creada a Georgia desde la culminación de la independencia de Kosovo y que se saldaría con la independencia de Abjasia y Osetia del Sur. Y, finalmente, se podría pensar que los cálculos seguidos por la UE y los EEUU previo al inicio de las hostilidades, quizás estuvieran dirigidos a esperar un camino de hechos consumados que diera con la independencia de los territorios secesionistas, y con ella, la pulverización de toda posibilidad de conflicto armado entre Rusia y Georgia en el corto plazo. Tras ello, quedaría admitir a Georgia en la OTAN, y aprovechar su estratégica posición sin arriesgar un conflicto armado a las puertas de la frontera rusa.
Sin embargo, a pesar de las previsiones originales, los hechos parecen revelar que Georgia erró al atender más a los cálculos de sus adversarios que a los de sus posibles aliados. El desconocimiento del orden internacional, de las prioridades y autolimitaciones de occidente, y una imperdonable ignorancia de las consecuencias de la guerra como fenómeno humano e histórico de Saajashvili han sido mayúsculas. Con el desarrollo del conflicto, las ciudades en el oeste de Georgia han quedado esquilmadas, pudiendo empeorar su estado en los próximos días y parece ya imposible que Abjasia y Osetia del Sur puedan volver a formar parte efectiva de Georgia. Por su parte, Rusia y los territorios secesionistas, uniendo sus estrategias avanzando hacia una degradación favorable del statu quo, y tratando de forzar a Georgia a desbloquear la situación unilateralmente, vencieron o están venciendo.
No obstante, se puede realizar una lectura alternativa sobre el número de anzuelos que han encontrado su presa en el conflicto caucásico. Pues si bien en el momento inmediatamente posterior a la entrada rusa en Osetia del Sur, la distancia con que Estados Unidos, el mayor aliado de Georgia, tomaba el conflicto, el transcurso de los acontecimientos de las últimas dos semanas y una breve reflexión sobre los cálculos norteamericanos pueden resultar aclaratorios. Y es que, de manera súbita, la reticencia existente en Europa al establecimiento del escudo antimisiles en territorio polaco y checo se ha desvanecido en la última semana al mismo ritmo que, con fundamento o sin él, se disparaba en Europa el temor al resurgimiento de la Guerra Fría. La firma del acuerdo entre Polonia y EEUU para el establecimiento definitivo del sistema concluida esta semana tras tres años de negociaciones supone un avance de los intereses norteamericanos en Europa en un periodo en el que el equilibrio internacional de alianzas parecía estar cambiando. En conclusión, no sería tan arriesgado pensar que si bien en el nivel regional, el caucásico, Georgia ha picado el anzuelo ruso, en el nivel global, bien pudiera haber sido Rusia quien hubiera picado el anzuelo norteamericano.
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... un auténtico lujo de artículo, felicidades Rubén.
ResponderEliminargracias :)))
ResponderEliminarMuy interesante lo que planteas de que los rusos sean los que hayan picado el anzuelo, pero no sé yo si USA necesita muchas excusas para ir colocando bases y/o "escudos" por donde quiera.
ResponderEliminarTe quería hacer dos preguntas:
¿Qué otras alternativas tenía Rusia ante la invasión georgiana?
y ya que estás en Ucrania ¿Hay alguna otra zona de la antigua URSS en la que pueda pasar lo mismo, que pasa con el norte de Ucrania? ¿ o allí no hay peligro?
1) No es tanto la excusa para poner el escudo antimisiles en Polonia (que lo iban aponer igual) si no el grado en que han podido volver a convencer a Europa de no recomponer las alianzas internacionales tal como estan ahora. Es decir, EEUU y EUROPA vs RUSIA tb despues de la guerra fria..
ResponderEliminar2) Es dificil hablar de alternativas tal como tu lo planteas. Primero, claro esta q desde el derecho internacional no podia hacer lo que hizo. Pero eso despues de Kosovo daba igual. Entonces mas que nada, hay que pensar que estaba muy claro lo que iban a hacer los rusos, para mi , la pelota no estaba en su tejado
3) En el norte de ucrania no pasa nada. La cuesti'on es que el este y sur son prorusos, y ademas, Crimea es autonomia, pero yo creo que no es comparable. Aqui el problema puede venir por el uso de la base naval de crimea, y por las ganas de yushenko de apoyar a la otan, q no es compartido por el este y sur.
4) Otros escenarios postsovieticos similares, son Transnistria en Moldavia y Nagorno Karabaj en Azerbayan.
ciaoooo
Muy interesante el planteamiento. Menos mal que tenemos internet....
ResponderEliminarMe uno a las felicitaciones x el artículo, pero, por una parte, ¿no habría que profundizar en la legitimidad de los intereses de USA en la región, que es en gran parte quien impulsa a los georgianos? Sacabilis se formó políticamente en USA, no es más que un impopular Chicago Boy trasnochado que ha decidido huir hacia adelante con esta aventura para reforzarse en el interior. ¿Qué vínculos históricos, culturales, religiosos, geográficos, etc justifican la presencia de asesores militares americanos en Georgia? Muy probablemente los mismos que con Polonia o República Checa? Ninguno. El único nexo es el mismo que llevó a la creación de los muyahidines en Afganistán o el apoyo a los fanáticos musulmanes chechenos: el acoso y derribo a Rusia, una gran potencia continental e imperialista, como ellos, los americanos. Quizá deberíamos plantearnos ante esta posible nueva era de Guerra Fría en la Vieja Europa qué hemos sacado de nuestra alianza transatlántica:
ResponderEliminarimportación del terrorismo islamista
problemas con nuestros proveedores naturales de energía y materias primas necesarias para nuestro desarrollo tal y com hoy se concibe éste.
¿Acaso USA teme la consolidación de una alianza euroasiática, o una zona euro próspera y competitiva que incluyese Rusia, la siguiente expansión territorial natural de la UE? ¿por eso ha trabajado sin descanso USA en el talón de Aquiles de Europa: Kosovo y Albania? En Albania también hay asesores militares USA y un régimen bastante sumiso a los intereses americanos en el Mediterráneo y el corazón de Europa). Creo que eso debería preocuparnos más que la absorción de Osetia por los rusos.
Parece que un alto porcentaje de osetios se siente ruso (imagino que los pasaportes no los han dado a punta de pistola) y vinculado a un territorio llamado, imagino que no por casualidades históricas, Osetia del Norte, que a su vez se halla en la Federación rusa. Parece lógico sentirse más unido a la otra Osetia que a una Georgia que "invita" al hermanamiento oseto-georgiano atacando la capital de Osetia y a su población con armamento y asesoramiento americano. Otra consecuencia lamentable del vínculo transatlántico ha sido la asistencia impasible, casi deseada por una parte parte de Europa occidental, al sufrimiento de la población de la Europa poscomunista, inmersa en guerras fraticidas (Yugoslavia), en manos de mafias corruptas procapitalistas en el poder y víctimas de la migración económica. En esa otra Europa sólo hemos visto una fuente de mano de obra y oportunidades de negocio. Y a este fenómeno no es ajeno Sacabilis, al que por cierto TVE internacional le dedicó una larguísima entrevista exponiendo su victimismo la semana pasada.
Por otra parte, ¿no nos muestra el artículo a unos rusos un tanto siniestros y maquiavélicos frente a una Georgia débil, casi ingénua, algo alocada y mal aconsejada? Para mí ambas elites dirigentes, rusas y georgianas, representan la misma mugre nacionalista; y como siempre, a perder los de abajo. ¿Acaso Georgia no tenía otras bazas que asesinar a 2000 civiles y hacer huir a la población de Osetia? ¿Era inevitable la guerra para internacionalizar el conflicto? Me cuesta creer que no hubiese otras opciones para Sacabilis, pero optó por hacer el juego antirruso, y los antirrusos históricos, polacos, ucranianos o checos, con más razones históricas o menos, han saltado a la yugular rusa ofreciendo sus territorio a las apetencias yankies sin importarles las consecuencias para los europeos...
Aquí quien pierde, mientras suenen los tambores de guerra en Eurasia, es todo el mundo menos los americanos: lo preocupante de todo esto son las consecuencias de alimentar el ultranacionalismo ruso a base de revanchismo, que es tan peligroso como desconocido.
Amen de la ayuda, apoyo y presencia de USA en Georgia, algo evidente, aunque no lo suficientemente referido por los mass-media, también he leído sobre la influencia de Israel en la zona y en el conflicto. Al parecer son dueños de algunas de las grandes infraestructuras relacionadas con el gas y el petroleo en el Caucaso. No ya porque les haga falta para su territorio, sino por tener control y poder sobre estos mercados y obtener ganancias. Pero es que además han vendido armas a saco a Georgia, y efectivos (tanto materiales como personales( de su propio ejército están en territorio georgiano.
ResponderEliminarTampoco se lee en los medias nada acerca del papel preponderante que tiene Georges Soros, el millonario estadounidense que ha sostenido los movimientos estudiantiles georgianos y el partido de Saakachvili, al que financió toda su carrera política desde el principio. Por supuesto es de imaginar que su influencia en el gobierno georgiano no es pequeña. De hecho, ministros georgianos han sido colaboradores de Soros en su Fundación. Los consejeros más jovenes de Saakachvili, no es hayan sido "formados" en USA, es que lo han hecho gracias a la Fundación Privada de Soros.
¿Por qué estas conexiones tan inquietantes no son siquiera apuntadas en los media, cuando estos no se destacan precisamente por su rigurosidad? ¿No son interesantes si quiera como rumores? ¿Tienen más credibilidad o pruebas de las conexiones entre Chavez y ETA, o entre Sadamm y Bin Laden, ya que estas sí que merecen su difusión?
Rubén, gracias por el artículo, realmente interesante, también los comentarios.
ResponderEliminarA por cierto , una cosa que no ha quedado reflejada en el post es que escribi el art'iculo junto con Antonio Moneo La'in. dicho queda.
ResponderEliminara lo demas, son muchas cosas, asi que hasta aqui desde la provincia mas contaminada de Europa