Hablemos de fútbol, la semana pasada se celebró en París un partido amistoso entre Francia y Tunez. Nada apasionante el partido, pero antes de que empezara este, Lââm, una hiphopera cantaba la marsellesa mientras miles de jóvenes franceses de origen magrebí silbaban, no se sabe sí a la cantante (bastante despreciada por los aficionados de esta música por volverse comercial y traicionar a su esencia) o al significado del himno nacional francés.
Sarko encolerizó y ha decidido que se anulen los partidos sí se vuelven a repetir estas insubordinaciones.
Lejos de preguntarse por las causas de los silbidos, es decir la trágica colonización francesa del norte de África, y sobre todo el racismo de la sociedad francesa actual que impide una integración real de esta gente, muchos de ellos ya, franceses de tercera generación, lejos de ello decía, los dirigentes franceses apuestan por la sanción de nuevo, por el castigo, por la prohibición, no es que no se puedan quemar coches ya, es que no puedes silbar al himno, no puedes protestar contra los símbolos de la nación.
Como propuso un integrante del gobierno francés, la solución es llevar esta clase de "partidos de riesgo" a zonas amigas, lejos de las banlieus parisinas, es decir llevar los partidos a la Francia profunda, la no contaminada.
igual sale más directamente AQUI
ResponderEliminarMenuda pitada por cierto... jajaja
Y qué habilidad la del realizador para no sacar al público pitando.