¿LUCHA DE CLASES?

El abuelo tenía razón, pero se equivocó de clase vencedora...
Con la cacareada crisis, llegan a su paroxismo los acontecimientos económicos de las últimas décadas, que podemos resumir en el avance de la ideología y la práctica burguesa liberal más imperial-darwinista y el retroceso de las posiciones obreras, gracias principalmente a la mansedumbre de unos sindicatos aristocratizados, que han ahogado el espíritu de lucha y bendecido la renuncia a un sistema de interpretación de la realidad que ha sustituído la centralidad del mundo del trabajo por la Champions y los planes de pensiones privados, asimilando el discurso triunfante de la inevitabilidad del capitalismo y renunciando a mantener intacta la herencia de las conquistas sociales de los que nos precedieron en la lucha antiburguesa. Mientras asistimos a la estafa/rescate del sistema financiero neoliberal a costa de las arcas públicas, los obreros europeos sufren el desmantelamiento, lento pero seguro, del tejido industrial transnacional, la invitación a la jornada de 65 horas, la directiva Bolkenstein, el genocidio de baja intensidad que supone la criminalización del migrante económico y ambiental, el afianzamiento democrático de la extrema derecha en países como Bélgica o Austria y otras atrocidades que nos retrotraen al siglo XIX, a la era presindical, a la Europa que maldijeron Zola, Dickens, Bakunin, Marx o Engels.
Existe la lucha de clases, hay que ser estúpido para no verlo, ahora que empieza a afectar más al norte de Gibraltar y del Río Grande. Nunca dejó de existir, pero durante unas décadas sus efectos nocivos estuvieron ocultos, la clase dominante los había exportado lejos, al mundo empobrecido, pero eso está cambiando. En un futuro que ya es presente, mientras la burguesía más rica del planeta se arruina tras permitir el endeudamiento de toda una sociedad, consigue el saldo de su deuda a costa de la misma clase a la que ha amordazado con deuda y consumo desaforado. Esta es una maniobra maestra en la actual fase de la lucha de clases. La mayor o menor resignación que muestren las clases trabajadoras a la hora de aceptar este robo institucionalizado, nos dará la medida de hasta qué punto está derrotada la clase trabajadora. De hasta qué punto la estupidez es la fase superior del capitalismo en su estadio transnacional.
Una lumbrera socialdemócrata española, Almunia, repite sin rubor el discurso neocón para explicar la actual crisis: la culpa es de la avaricia. Una categoría cristiana, un pecado, es a lo que se reduce toda la compleja trama de la actual crisis. El fallo no es del sistema, que es perfecto y el fin de la historia, sino del hombre, el agente subjetivo, débil, incapaz de resistir la tentación del pecado. El pecado exige un sacrificio, y para eso, los parias de la tierra siempre han estado ahí. Bien lo saben los que siempre se han servido de ellos, que siguen contando con nuestra contribución a su salvación, una vez más.
Se alzan algunos ejemplos de dignidad, sobre todo en el foco latinoamericano, de insumisión a este estado de cosas. Una insumisión que debe afrontar una situación infinitamente peor, en la que el colonialismo es algo más que el vago eco de un pasado lejano, pues habita en cada favela y en cada recurso natural esquilmado por una firma privada y normalmente extranjera. Frente a esos ejemplos de dignidad, se ha establecido una guerra sin cuartel en todos los frentes: intentonas golpistas, terrorismo de estado, paramilitarismo y guerra sucia, manipulación mediática y estrategias separatistas basadas en el racismo criollo.
La lucha de clases existe, y los que la van ganando lo saben bien. Ellos sí están aplicando tácticas de guerra, y están ganando la partida. Ni en sus sueños más húmedos habían soñado con la actual coyuntura, en la que la clase obrera del mundo libre se ve incapaz de luchar contra el modelo que han diseñado las transnacionales y sus brazos políticos. Las burguesías intentarán rematar esta jugada maestra con más neoliberalismo: flexibilidad laboral, deslocalización, congelación salarial, retroceso de derechos sociales, privatizaciones. Es la siguiente gran estafa, y es muy probable que ganen. No veo síntomas a mi alrededor que de las clases trabajadoras vayan a hacer algo por impedirlo, sólo quizá, cuando sea demasiado tarde.

5 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho la entrada, un análisis excelente de la situación actual, enhorabuena. Llevo días dándole vueltas a algunas de las ideas que ya se comentaron en el programa como la utilización de la crisis de los sistemas financieros para recortar derechos sociales. Ciertamente también es una jugada maestra, pero no original, revertir la rabia social que provocan estas medidas hacia posturas racistas, nacionalistas o incluso antisociales en sí mismas. Pero aviso a los que colaboran con esta maquinaria, especialmente a los conservadores moderados, la ultraderecha os odia y si triunfan no saldreís bien de esta.

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  2. Gracias Diego... Los años de revisionismo de derecha que estamos sufriendo están dando alas a los fascistas.

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  3. Cuanta razón tienes Rafa, ahora ZP pacta con la banca subir las cantidades aseguradas por el gobierno (antes eran de 20000€ por persona y banco), nos lo venden como que es necesario para todos, pero a quien beneficia realmente es a los grandes capitales, porque ¿quien tiene más de 20000€ por persona y cuenta? Una pareja con cuenta conjunta por ejemplo tenía asegurados 40000€ de ahorro, ¿es necesario ampliar la cifra? Además si tienes más dinero lo podías meter en otro banco donde podías contar de nuevo con otro 20000€ asegurados por el Estado. En fin, medidas "socialistas" para el Capital. Eso sí, dentro de 3 años votemos a los de siempre.

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  4. enhorabuena si, pero espera que el capitalismo todavia no se ha expandido hasta sus últimos confines que es lo q dijo marx q debia de pasar para el colapso del capitalismo y la revolución obrera...

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  5. El problema anónimo, es que el capitalismo tiene en su naturaleza depredadora, la semilla de la autodestrucción, tal y como vemos y como demostró en dos guerras mundiales. Si tenemos que esperar esa expansión total, no habrá un mundo por el que luchar, solo despojos desérticos, agua contaminada y cucarachas, muchas cucarachas...

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