Ya sabéis que no soy partidario de ningún nacionalismo (el vasco y el español no son una excepción) ni de los medios utilizados por ETA, digo esto para dejarlo claro antes de señalar que tampoco me gusta que el Estado Español, al que yo pago mis impuestos, vuelva a cometer secuestros y asesinatos, como parece que es el caso de Jon Anza, que se encuentra desaparecido desde abril. Anza paso 20 años en la cárcel por pertenecer a ETA y según investigadores franceses fue secuestrado por miembros de la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía española mientras iba de Bayona a Toulouse en tren para acudir a una reunión de ETA. Anza, según esta versión, moriría en un “interrogatorio” ilegal y sería enterrado en suelo francés para no dejar huellas. Anza estaba al parecer casi ciego por una enfermedad que tenía y que hacía pensar a la Policía que estaba “fuera de juego”.
De momento solo Joseba Egibar se ha interesado por el caso.
Esta tesis fue recogida por Le Monde, pero aquí se guarda un vergonzoso silencio sobre el caso (excepto Gara claro) que retrata a la clase periodística de este país, ya que creo que no es necesario compartir ideología con alguien para denunciar su desaparición en un “Estado de Derecho”.
Este no es el único caso, ya que en los últimos meses se han dado varios secuestros policiales o parapoliciales. Juan Mari Mujika el 11 de diciembre del 2009 en Donapaleu fue interceptado por varios policías que se dirigieron a él en francés, pero que luego se identificaron como policías españoles. Lo tuvieron secuestrado dos horas en una chabola abandonada, donde fue sometido a interrogatorios ilegales, bajo amenazas contra su hija, entonces encarcelada en Madrid.
En mayo llegó el caso de Lander Fernández, secuestrado por agentes que se identificaron como ertzainas. Tras formularle la misma exigencia de colaboración, Fernández denunció que fue apaleado. Después de narrarlo públicamente, fue detenido y encarcelado por mandato de la Audiencia Nacional española.
Otro caso fue el de Alain Berastegi, abordado en julio a punta de metralleta por doce encapuchados y secuestrado en un monte de difícil acceso durante al menos siete horas, después de que unos falsos clientes requeriesen de sus servicios como albañil.
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Si es por los medios de masas antes nos enteraremos de si se ha tirado un pedo una golondrina africana que de estas cosas. Hacerle el juego desinformativo a métodos ilegales excusandose en ideologías, del signo que sean, es totalmente denunciable. En fin, que la violencia no es una opción y nunca funciona, así no se soluciona nada.
ResponderEliminarEs un asunto muy turbio, y como dice JL, el gobierno al que pagamos impuestos y que supuestamente es garantista y va exportando la democracia por estados fallidos y tal, debería explicar qué hay de cierto y falso en esta historia que en el País Vasco sí que es conocida, incluso en el vasco francés ví carteles el verano pasado y fue la primera noticia que tuve, por cierto. Lo de los medios de este país es una vergüenza para la dignidad. Por cierto que tampoco comparto ni una coma de las tesis nacionalistas. Quítense el chovinismo narcisista y el proxenetismo de la Historia donde esté un buen marxismo para explicar las "opresiones". No hay pueblo "oprimido" sin la connivencia de elites locales. Las soluciones a los problemas sociopolíticos han de ser sociales, no "españolas", "vascas" o "galegas".
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