Ayer destacaba el profesor de Derecho Penal Internacional Miguel Ángel Rodríguez Arias que parece increíble que la primera persona procesada por los crímenes del franquismo sea el juez que pretende investigar esos mismos crímenes.
Y quizá sea por eso, porque no es a Franco a quien se pretende juzgar, sino a todo un aparato estatal fascista al servicio del exterminio del adversario político, que estuvo a pleno rendimiento hasta más allá de los 50, con la represión de la guerrilla antifranquista y llo peor de la posguerra, y que luego rebajó su intensidad bajo la comprensiva mirada de Eisenhower y el "mundo libre." Pero siguió siendo una eficaz máquina de asesinar hasta su último aliento fascista, bien muerto el dictador y bien entrada la Transición, como nos recuerdan los sucesos de Atocha y los abogados laboralistas, por ejemplo.
El hecho de que en 2010 sea imposible juzgar el franquismo y reparar a sus cientos de miles de víctimas, nos lleva a enfrentarnos a una inquietante verdad: los juicios contra los franquistas asesinos, sólo contra los franquistas con las manos manchadas de sangre, de crímenes contra la Humanidad, incomodan a la clase política actual y a una buena parte de la judicatura que no ha efectuado su propia transición desde valores fascistas a valores democráticos, como señala la nieta de Negrín.
Las reparaciones a las más de 150.000 víctimas del franquismo a través de la esperada Ley de Memoria Histórica han quedado en nada gracias, una vez más, a la incapacidad del PSOE, que no ha querido sacar adelante una ley "justa", es decir, que aplique eso que los demócratas llamamos JUSTICIA, y que tantas veces tiene tan poco que ver con la LEY.
De los insultos del PSOE a la Justicia nace pues la Iniciativa Legislativa Popular que prevé llevar al Congreso una auténtica "Ley de verdad, justicia y reparación para las víctimas del genocidio y la dictadura franquista y el posterior periodo de impunidad", cuyo borrador se puede consultar aquí.
Mientras asistimos a estos vaivenes, debemos preguntarnos porqué una parte sustancial de las máximas instancias estatales de Justicia (nada menos que el TC) hacen el caldo gordo a residuales asociaciones de extrema derecha franquista, queriendo sentar a Garzón por pretender mover los crímenes de los franquistas.
Y quizá sea por eso, porque no es a Franco a quien se pretende juzgar, sino a todo un aparato estatal fascista al servicio del exterminio del adversario político, que estuvo a pleno rendimiento hasta más allá de los 50, con la represión de la guerrilla antifranquista y llo peor de la posguerra, y que luego rebajó su intensidad bajo la comprensiva mirada de Eisenhower y el "mundo libre." Pero siguió siendo una eficaz máquina de asesinar hasta su último aliento fascista, bien muerto el dictador y bien entrada la Transición, como nos recuerdan los sucesos de Atocha y los abogados laboralistas, por ejemplo.
El hecho de que en 2010 sea imposible juzgar el franquismo y reparar a sus cientos de miles de víctimas, nos lleva a enfrentarnos a una inquietante verdad: los juicios contra los franquistas asesinos, sólo contra los franquistas con las manos manchadas de sangre, de crímenes contra la Humanidad, incomodan a la clase política actual y a una buena parte de la judicatura que no ha efectuado su propia transición desde valores fascistas a valores democráticos, como señala la nieta de Negrín.
Se me ocurre que la relajación de la clase política dominante -el PPSOE- a este respecto durante estos 30 años de secuestro de la JUSTICIA, quizá tenga que ver con cuestiones genéticas e incómodos apellidos que hoy son de demócratas pero ayer pertenecían a los que aplaudían el genocidio político capitaneado por el Centinela de Occidente. Es interesante saber de las hazañas políticas de los abuelitos y padres de jerarcas peperos , aunque parece que apellidos como Bono, De la Vega o Conde Pumpido convierten a una parte del PSOE en interesada en la ocultación de los largos tentáculos de la complicidad con el fascismo franquista.
¿Son el franquismo y sus crímenes, por tanto, una delicada cuestión de Estado, una cuestión de seguridad nacional que haría inquietar a muchos apellidos del PPSOE si se investigasen a fondo los crímenes franquistas y sus cómplices necesarios para el asesinato masivo que se puso en marcha el 17 de julio de 1936 y que terminó casi en los 80' del siglo XX? Visto lo visto, la pregunta me parece pertinente. Es hora de saber si algunos apellidos son más leales a pasadas adhesiones inquebrantables que a los valores democráticos que exportamos a bombazos por los solares de Afganistán.
¿Quizá un día haya que echar mano de la OTAN para meter por la senda de la Democracia a unos cuantos fascio-talibanes de por aquí?
es indignante que jueces que en su día juraron lealtad al movimiento nacional y a las leyes franquistas, no solo sigan en activo, sino que además tengan el poder para paralizar juicios e investigaciones relativas a los crimenes franquistas, y enjuiciar a un Juez por osar meter mano donde parece que no se debe.
ResponderEliminarUna transición modélica, si señor. Queda nostalgia, deudas y mucha mierda... Qué bien atado lo dejaron todo.
ResponderEliminarSu página está bien construida,si señor.
ResponderEliminarEl contenido no me interesa casi nada.
En política me parece "un virus" poco preocupante. Vamos de esos que arman la gran escandalera pero al final, nada de nada, o casi.
O sea, un H1N1 como ese con el que nos asustaba la OMS mientras los fabricantes de Tamiflú y demás hacíansu engocio a cuenta del miedo.
Nos conformamos con infectar un poquito el pensamiento único, y ahí estamos, contentos con nuestra humilde aportación. Estamos orgullosos de pertenecer a una radio libre de amos políticos o empresariales, autogestionada, y en la que se pueden escuchar cosas, verdades casi siempre, que jamás oirás ni leerás en la prensa vendida, que es casi toda, o toda la que depende de ingresos publicitarios. Vamos, la prensa que acojonó al personal con el H1N1. Menos mal que nosotros, que somos muy inteligentes, pusimos el Tamiflú y sus bichitos en su sitio bastantes meses antes que la prensa "independiente". Fue gracias a fuentes solventes y objetivas. No pretendemos escandalizar a nadie, es la verdad la que escandaliza, no nosotros.
ResponderEliminarPor aquí nunca nos asustó la OMS, ni el Tamiflú, ni la ministra de Sanidad. Creo que por aquí sólo nos asusta un arma de destrucción masiva que se expande cada día: la estupidez humana de la que se sirve este mediocre sistema para sobrevivir. Y el egoísmo enfermo y suicida de amplias mayorías.
Y nos tememos que para eso no hay Tamiflú que valga, así que seguiremos con nuestra humilde labor contrainformativa y de opinión crítica mientras nos dejen. Gracias Io por tu consideración.
Io, tu nombre no sé si está bien construido, tu comentario no me interesa nada.
ResponderEliminarYo directamente no entiendo lo que dice
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