No ha muchos años que el líder de la oposición acusaba a ZP de traicionar a las víctimas del terrorismo por intentar acabar con la violencia de ETA en los tiempos de la última tregua.
Pues bien, nuestros poderes jurídicos acaban de rubricar no se si una traición, pero sí un desprecio, a los muertos, y descendientes vivos, del bando republicano asesinados durante y después de la Guerra Civil española a manos del franquismo.
Aquí, la negativa de la Audiencia Nazional, a las exhumaciones.
Después de años de lucha silenciosa y sin ningún afán de revancha, sino movidos por los más elementales principios de justicia y sensibilidad, los familiares de los represaliados por la barbarie fascista nunca han tenido derecho a honrar a sus caídos, mientras los del bando vencedor son hasta canonizados.
¿Qué tipo de ¿Justicia? es esa que impide la honra de esas decenas de miles de cadáveres? Creo que cualquier ciudadano honrado y con un mínimo sentido de la justicia puede responder la pregunta. Una Justicia acomplejada, podrida hasta la médula, politizada, cobarde y sin sentido de la reparación. Quizá la justicia heredada de un lóbrego pasado que recibe con este tipo de iniciativas, algún tipo de legitimación.
Ya se sabe, hay que mirar al futuro y esas cosas.
Sin duda, una prueba más, y no será la última, del nivel democrático de un país enfermo gobernado por progres de postín.
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Era hasta cierto punto previsible que acabaran parándolo. Aún así no deja de ser representativo, como bien dices, del tipo de democracia acomplejada y atada a un pasado siniestro en la que vivimos.
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